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Mercado “San Juan”


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Nombre Mercado San Juan
Dirección Cerrada del Pensil, s/n Los Choferes

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Del lado oriente sur de la ciudad tuxtleca se encuentra uno de los mercados más concurridos, me refiero al famoso “mercado San Juan”.

Es uno de los mercados con precios muy accesibles, gente cálida y bastante limpio. Había escuchado que las frutas y las rosas son baratas a comparación de otros mercados, así que decidí ir a averiguarlo.

En esta ocasión iba a acompañado por parte del personal de la empresa a la cual trabajo (SAPS Grupero).

De entrada, el lugar cuenta con tres estacionamientos, en la parte de enfrente, la parte de lado derecho y el tercero, pero no menos importante la parte de atrás, los tres sin problemas de acceso.

Dentro del mercado

Alguien de las personas que tienen negocio en el mercado me comentó que por las noches llegan personas a vender pan, arroz con leche, café y tamales en uno de los 3 estacionamientos, y en la parte de atrás siempre hay movimiento porque es ahí donde entra la mercancía que provee a todo el mercado.

Eran aproximadamente las 10 de la mañana cuando llegamos a nuestro destino.

Nos ubicamos por el estacionamiento de atrás y directamente me dirigí a averiguar los precios de las rosas, en efecto, son económicas y frescas, como si ahí mismo las cosecharan.

Como en todos los mercados, San Juan también se divide por secciones para facilitarle las compras a la clientela, todo bastante ordenando.

Bebida de los dioses

El de comida me llamó más la atención, me acerqué a uno de los muchos que hay y mis ojos se clavaron en el pozol de cacao, lo más rico de la vida.

Acompañé mi bebida con unas empanadas de quesillo y carne molida que en el mismo puesto venden, tenía que probarlas.

Lo agradable de los puestos de comida o bebidas es cada uno tiene espacio para que los clientes puedan sentarse cómodamente a degustar los alimentos sin necesidad de estar de pie.

Seguí mi andar por el lugar, encontré la capilla del mercado, es el lugar donde los comerciantes llegan a pedir cosas buenas para el mismo mercado y para sus negocios.

Toda la fe se encuentra en ese recinto.

Cada 24 de junio los locatarios se preparan con ofrendas para dar gracias por las buenas ventas obtenidas en el año, hay abundante comida, bebida y música durante todo el día.

El mercado “San Juan” es una buena opción para hacer la despensa de la semana, se encuentra de todo.

También para ir a desayunar, comer o tomarse un refrescante pozol, así ayudamos a la economía local.

 

 

Fotográfia del Frente del Mercado 5 de Mayo

Mercado “5 de Mayo”


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Nombre Mercado 5 de Mayo
Dirección 11, Norte Oriente s/n, 5 de Mayo

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Una mañana más laborando para La Gorda FM. Pero en ésta ocasión fuí el pionero en estrenar el nuevo proyecto de la empresa, llamado “Explorando Tuxtla”, el Mercado 5 de Mayo sería nuestro destino. La hora de entrada que manejo es estar en las puertas de la empresa a las 10:00 a.m. en punto. Una vez pisando las instalaciones, tenía que movilizarme para tener todo en orden y que nada me fuera a salir mal; revistas, discos, celular y lo más importante el permiso para poder hacer nuestro trabajo sin preocupaciones.

Mi destino fue el mercado 5 de Mayo, ubicado de lado oriente norte de nuestro cálido Tuxtla Gutiérrez, abordamos “La gorda móvil” junto con mi equipo de grabación y nos lanzamos hacia el lugar. Llegar fue toda una travesía, el calor y el tráfico hace que uno llegue a irritarse, pero llevábamos el clima encendido, así que solamente tuvimos que ser pacientes con el tráfico. Por fin llegamos después de 20 minutos. “Marcus” estacionó la gorda móvil, y Ani la jefa del departamento de Recursos Humanos fue a buscar al personal encargado del mercado para que supieran que habíamos llegado. Paco desde temprano tenía el equipo de grabación al 100 y ahora sí, a lo que te truje chencha.

Dentro del Mercado

Comenzamos grabando la nave 2, también conocida como “nave tianguis”, en esta parte del mercado, las frutas y las verduras resaltan a todo lo que da, huele a dulce, huele a frescura, iba viendo como cada locatario maneja a la clientela; unos más a accesibles que otros y más amables. Mientras iba recorriendo los pasillos de la nave 2, me encontré un puesto de reparación de calzado, dentro del local un señor de 50 años me platicó que lleva muchos años laborando en la reparación del calzado, y que en efecto por la antigüedad de su trabajo ya tenía una clientela fiel. Un señor bastante amable, no se apenó con la presencia de la cámara y no le tuvo miedo al micrófono cuando yo le preguntaba mis dudas.

Seguí mi recorrido, a las orillas del mercado, encontré puestos de pan de San Cristóbal y Coita, metidos en canastas grandes y olía demasiado bien.

Ya había recorrido todos los rincones de la nave 2 y ahora quería descubrir todo lo que había en la nave principal. Y en uno de sus pasillos me encontré a una dama vestida con ropa típica chiapaneca, en las manos llevaba libros y detrás de ella un grupo de 8 niños indígenas, al estar frente a ella me llamó demasiado la atención y lo primero que hice fue lanzarle una pregunta, bastante segura y accesible me la respondió, me comentó que junto con algunas personas promueven la cultura de la lectura dentro de los mercados para los niños que no tienen la oportunidad de tener entre las manos un libro, y lo más importante, aprender. Le hice las preguntas necesarias para que supiéramos cuál era su propósito y la felicité por tan excelente acción. Esa parte de mi recorrido la disfruté mucho.

Disfrute de un rico pozol y unas empanaditas

Luego nos fuimos a descubrir la parte donde hay comida, el mercado 5 de Mayo goza de fama por las empanadas y el pozol que venden allí, así que fui a averiguar y en efecto, es muy rico. Llegamos a un puesto de pozol, la señora encargada desde antes de preguntarle nos ofreció esa rica bebida de los dioses, el pozol de cacao. La entreviste por un rato y le pregunte por el precio de los pozoles y me dijo: “no es nada chunquito, al contrario te agradezco por el trabajo que están haciendo”.

Seguimos nuestro recorrido hacia las empanadas. Llegamos al lugar, habían 3 señoritas en el local. En cuanto vieron la cámara se cohibieron, pero una de ellas fue la que se armó de valor y nos atendió, nos presentó el menú y me apresuré a pedirle una orden de empanadas, dos de quesillo y dos de pollo. Frente al puesto hay un espacio en donde te puedes sentar a degustar de las empanadas, donde encuentras botes de varios tipos de salsas y crema para que le pongas a tu antojo a las empanadas. Describí lo delicioso que estaban y para terminar “Marcus” también pidió una orden.

Esa mañana nos acompañaba una de las hijas del jefe Alejandro Julian. En un break, Paco le mostraba como interactuar frente a la cámara. Ví desde lejos que le entendió rápido a la onda de la locución y la conducción.

Me dirigí hacia afuera, y encontré a una señora que estaba vendiendo dulces típicos chiapanecos. Platiqué con ella y me mostró algunos. Estaba muy lleno de tantas cosas que probé.

Junto con Paco nos dirigimos a la entrada principal para hacer la despedida de la capsula. Al finalizar comencé a tomar fotos de las flores que habían en el lugar. Algunas personas se acomodan en la entrada para vender muchas clases de flores, muy coloridas y bonitas.

Es así como se concluyó la primera capsula del nuevo “Explorando Tuxtla”, fue una mañana llena de olores, comida, bebida y una gran travesía dentro del mercado 5 de mayo de Tuxtla Gutiérrez.

Cafetería Génesis Parque de la Marimba

Cafetería Génesis Parque de la Marimba

https://www.youtube.com/watch?v=VQ6CdIyiivY
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Nombre Cafetería Génesis Parque de la Marimba
Dirección Av. Central, entre 9a y 10a Poniente
Reservaciones 9611435811
Horario 8:00 – 23:00
Facebook Cafetería & Restaurant Génesis Tuxtla
Twitter @libreriacafe

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Al llegar a la Cafetería Génesis Parque de la Marimba de Tuxtla me percaté de que no tenía lugar para estacionar el auto, así que busqué un sitio en las calles aledañas para aparcar. El negocio está ubicado a un costado del Museo de la Marimba. Fui con la intención de probar el bufete, pero solo lo sirven en las mañanas. Asunto que no importó en demasía, puesto que también tenía interés en probar sus bebidas.

Desde mi ingreso experimenté el trato amable de los meseros, quienes de inmediato me recomendaron lo mejor de su carta. El estilo y el olor del frappé de kiwi era llamativo. Además, tenía un sabor dulce, lo que también llamó mi atención fueron los brillos comestibles de color morado, que no tenían sabor alguno, pero adornaban atractiva mente el frappé.

Después degusté una soda italiana con sabor a manzana. Me interesó el nombre, ya que nunca se me había presentado la oportunidad de probar nada parecido. Dicha bebida contiene agua mineral, jarabe de manzana, y otros ingredientes que no me quisieron decir, dado que son su receta secreta.

Por último, probé una enorme chamoyada de mango. Los colores del chamoy y mango fueron un espectáculo visual. Contenía pulpa de mango y además del chamoy y chile piquín. Al verla se me hizo agua la boca y mis glándulas salivales se pusieron a trabajar de inmediato. ¿Se la imaginan? Si me dan a elegir, diré que fue mi preferida.
Es destacable que el lugar cuenta con juegos de mesa que pueden generar una visita más interactiva y divertida; en caso de ir con alguien y no tener tema de conversación esa será una opción para que rompas el hielo. También hay un par de televisores; lámparas que adornan los comedores; puedes comprar algunos libros; el interior está completamente climatizado, y, por si esto fuera poco, existen varias promociones.

Sin duda, en los próximos días visitaré la Cafetería Génesis Parque de la Marimba con mis amigos, para volver a experimentar el dulce frappé de Kiwi y lucirme con mis habilidades en los juegos de mesa.

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Café Chichón Parque de la Marimba


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Nombre Café Chichón
Dirección 8o poniente norte Plaza Laureles

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[dropcap]M[/dropcap]ientras exploraba el Parque Jardín De La Marimba de Tuxtla Gutiérrez, vi una cafetería de la que había recibido recomendaciones de parte de algunos amigos, se trata de Café Chichón.

Al llegar al lugar me di cuenta que es importante llegar con anticipación si vas en auto, ya que el lugar no cuenta con estacionamiento y podrás llevarte de 10 a 8 minutos buscando un lugar donde estacionarse. Al entrar le llamaron la atención las mesas que están sobre la banqueta de se encuentra frente al parque, un espacio al aire libre y donde también puedes fumar. Pude saludar al gerente, quien me recibió de una manera muy amable, y me platicó que Café Chichón es una cadena de cafeterías de Chiapas y lleva por nombre Chichón haciendo énfasis al famoso volcán ubicado en la región de Chapultenango. Después de una buena charla me invitó a pasar y a probar los alimentos y bebidas que ofertan.

Subí a la terraza, zona que me pareció interesante porque es al aire libre, y sobre la derecha está un lugar más privado, con clima, muy ideal para juntas empresariales o entrevistas de trabajo.

En cuanto tomé asiente, el mesero llegó amablemente a servir la Pizza Chichón. Nunca había probado una pizza con demasiado queso parmesano, pero como soy un adicto a él, estuvo magnifico; también contenía chile morrón o pimiento, orégano, y, la pierna de cerdo cubana que mezclada con el queso parmesano resultó una delicia.
Luego me sirvieron un frappé de menta y un café hechos con granos de la región. El café tenía trocitos de canela, ingrediente que le dio un sabor hogareño a la bebida; acompañé la bebida con pan de elote de consistencia suave, que en la parte superior estaba bañado con caramelo y una bola de helado, por si esto fuera poco, al interior había rompope. Culminé mi visita al lugar con un smoothie de chamoy. Sin duda, Café Chichón es el sitio ideal para asistir a degustar los postres con algún acompañante.

En cuanto a las instalaciones, solo puedo recriminar que los sanitarios son pequeños, aunque, esto se compensa si tomamos en cuenta que en la planta alta hay dos –uno para cada género-, y en el primer nivel existe otro.

Tomando en cuenta la experiencia que ofrece el lugar en cuanto a instalaciones, la facilidad de pago –efectivo o tarjeta-, la deliciosa pizza de pierna de cerdo cubana, el rico café que sirven y el buen servicio que ofrecen, considero que los precios son aceptables, ya que están dentro del rango de $70.00 a $100 pesos por persona.

Si quieres pasar un momento agradable, ya sea en compañía de amigos, pareja, o simplemente trabajar sin distracciones, Café Chichón Parque de la Marimba es una gran opción.
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Características

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  • Pago en efectivo
  • Pago con tarjeta de crédito
  • WiFi libre
  • Reservaciones

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Regional Restaurant

Sintiendo la necesidad de comer comida típica de Teopisca, pero sin tener que salir de Tuxtla Gutiérrez, me encontré con éste restaurant que se encuentra en lado poniente de la ciudad, sobre el Boulevard Dr. Belisario Domínguez número 5525.

Aunque a primera vista tiene pocos cajones de estacionamiento, cabe destacar que cuenta con otro espacio externo para aparcar mayor número de vehículos, sin que esto represente molestia alguna para los visitantes, ya que hay servicio de valet parking sin costo alguno.

El inicio de una buena experiencia daba inicio con el trato amable por parte del personal, mismos que se encargaron de recibirnos con toda la buena actitud que pueda tener una persona que gusta de la profesión a la que se dedica.

Al ser instalados en nuestra mesa, mi esposa y Yo no dejábamos de comentar lo agradable del lugar en todos los aspectos; es decir, de la armonía conjugada del mobiliario de madera de las mesas y sillas con la fresca temperatura que había.

Tuvimos a bien ordenar nuestros guisos con el mesero, pero para nuestra sorpresa, el tiempo que le llevo a la cocina prepararlos fue bastante rápido, tanto así que por un momento llegue a pensar que esos platos que estaban en la mesa, habían sido algún pedido cancelado de algún otro comensal.

De todos los restaurantes que me he tomado la molestia de visitar, me atrevo a comentar que la rapidez del servicio de la cocina es el más rápido que conozco hasta hoy día; comento lo anterior no solo basándome en la prontitud de mi pedido, sino también por el eficaz servicio que le dieron a otras cuatro mesas que relativamente ordenaron posterior a nosotros.

Aquí comprobé que no necesariamente la rapidez es sinónimo de sacrificar la calidad del producto, puesto que la cecina estaba bien cocida, tal cual fue comandada. Así mismo me es imprescindible mencionar el sabor tan rico y tradicional de Teopisca que tenía nuestra orden.

Mientras comíamos, me llamo la atención el área de juegos para los niños, pues tiene algo en particular que si hubiera ido el mayor de mis hijos, estoy casi seguro que sería su nuevo lugar favorito, pues cuentan con consolas de Xbox para uso y disfrute de los amantes a los videojuegos.

Lamentablemente no todo es perfección, pues curiosamente los dos meseros que estaban a cargo, su servicio se desacelera una vez que cumplieron con la parte de servir rápida y eficazmente los alimentos, puesto que dejan de estar pendientes de la mesa y tuvimos que pedir nos asistieran con levantar la loza que ya habíamos usado.

Con respecto a los postres, les comento que si son de comer poco dulce, es mejor pedir un postre para dos personas, ya que las porciones son grandes, y aunque no fue un sacrificio de mi parte el terminar hasta la última porción de helado, siento que si llegue a niveles altos de glucosa en mi organismo.

En cuanto a los precios, si pongo en una balanza, el buen ambiente del lugar, las instalaciones limpias, la calidad, la buena sazón de la cocina y la atención por parte del personal, considero que sus precios son justos y accesibles, ya que el promedio que se podría gastar oscila entre los $100.00 y $160.00 pesos por persona.

Así que si estás buscando un buen lugar típico regional sin salir de la ciudad, tengo a bien recomendar ampliamente al “Regional Restaurant”.

Café “Chichón” Oriente

Buscando un buen café de lado norte oriente de la ciudad Tuxtla Gutiérrez, para platicar con mi amigo y socio; ambos tomamos la buena decisión de ir al Café Chichón que se encuentra ubicado sobre la avenida principal de la colonia Las Palmas.

Cabe mencionar que aunque no cuenta con estacionamiento propio, no nos fue difícil aparcar el vehículo a pocos metros del negocio.

Era alrededor de las 13:00 horas y aunque en el carro veníamos con el clima, al bajarnos, sentí lo bien que estaba realizando su trabajo el Sol, ya que esos pocos pasos que di por la acera me hizo imaginarme que estaba caminando por el desierto, siendo la puerta de la entrada del café un refrescante alivio para el calorcito que estaba sintiendo.

El calor no fue lo único que se fue al ingresar, sino que el ruido del tráfico de la ciudad había cambiado por una música de fondo que era agradable auditivamente, por lo que la experiencia de nuestra visita, comenzaba a pintar favorable.

Otro de mis sentidos que sintió agradecimiento, fue el de la vista; es de reconocerles que la persona que estuvo a cargo del diseño arquitectónico hizo bien su trabajo, a pesar de que tiene pocos metros cuadrados de construcción, hizo del local, un lugar armoniosamente acogedor, mismo que cuenta con tres zonas de mesas: un espacio exterior para los que gustan del aire libre, un balconcito en el interior para los que gustan de las alturas y por último, un área en el interior con la opción de poder sentarse en sillas o sillones.

La bienvenida estuvo a cargo del único mesero que se encontraba laborando, pero por el horario y para las únicas dos mesas que nos encontrábamos, creo que era más que suficiente para brindarnos un servicio admisible.

Sin mucho preámbulo, ordené una naranjada natural sin azúcar para tomar, pero sucedió algo curioso con mi bebida, pues aunque el camarero afirmó que el jugo de naranja con el que elaboraron mi refresco era natural, Yo nunca sentí que así lo fuera, e independientemente de lo que él pudiera afirmarme, juré que nunca más en mi vida volvería a ordenar lo mismo.

Con respecto a lo ordenado por mi amigo, no hubo objeción alguna, ya que en dos o tres ocasiones mencionó lo rico que le sabía su té.

He leído y escuchado algunos comentarios negativos respecto al servicio que ofrece el personal en los diferentes cafés de esta cadena, pero al menos en esta ocasión y en esta sucursal, la amabilidad, la prontitud de la barra para despachar nuestros pedidos y la calidez de su trato, fue de un buen nivel.

Respecto a los precios que manejan, tomando en consideración el ambiente, las instalaciones, la barra, el rico café que sirven y el buen servicio que ofrecen, considero que son aceptables, ya que están dentro del rango de $50.00 a $100 pesos por persona.

En base a lo que viví, si estás buscando un café donde pasar un momento agradable en compañía de amigos, pareja o de un buen libro, sin lugar a duda esta es una buena opción, en la que no necesitas gastar mucho para sentirte y pasártela bien, pero eso sí, jamás pero jamás pidan una naranjada con agua natural y sin azúcar.

Restaurante Campestre Rica Villa

Sintiendo la necesidad de respirar aire un poco más fresco del que se puede obtener dentro de la ciudad, recordé dos recomendaciones que gentilmente me hicieron un familiar y un buen amigo, por lo que decidí darme la oportunidad de conocer este restaurante campestre que se encuentra a las afueras de la ciudad, rumbo al municipio de San Fernando, Chiapas; en el kilómetro 10.2 de la carretera Internacional número 190.

La belleza del diseño del establecimiento se puede apreciar desde la entrada, en donde conjugaron armoniosamente la madera, la piedra, el acero, la naturaleza y hasta una pequeña corriente de agua que solo puede ser atravesada por puentes.

Al ingresar con mi esposa a la zona de mesas y poder tener otra vista de las instalaciones, no podíamos dejar de seguir comentando respecto a los bonitos detalles de la construcción y de la buena elección que habíamos tomado al querer desayunar en un lugar campestre; por lo que asumimos que nuestra experiencia en el lugar sería completamente satisfactoria.

Lamentablemente las cosas no salieron como pintaba; comenzando con el mal servicio que proporcionaron el personal de meseros; los cuales parecían estar inmunes a las peticiones de los comensales (y eso que sólo éramos cuatro mesas para cuatro meseros).

Tratando de ignorar la pésima atención por parte del personal, decidimos que dichas acciones no echarían a perder nuestro desayuno, por lo que con toda la disposición del mundo nos dirigimos a la barra del buffet de alimentos.

El menú no tenía muy buena vista, ya que los plátanos fritos y el chorizo estaban quemados, teniendo una apariencia de carbón seco. Curioseando las demás bandejas, no logré que algo llamara mi atención, por lo que pregunté a un mesero si podía ordenar a la carta, ya que las recomendaciones que me dieron, fue respecto a las carnes rojas y así mismo le hice ver que no había nada del buffet que se me antojara a simple vista. Con una voz firme e indiferente, me comentó que en las mañanas no se servía a la carta.

No teniendo más opciones, nos dispusimos a probar un poco de cada alimento y absolutamente en ninguno de ellos encontramos algo especial. Todo tenía un sabor tan común, que no hace falta ser chef o tener experiencia alguna para poder igualar o mejorar cualquier guiso de los que estaban servidos.

Con toda la pena del mundo me anime a interrumpir la tan armoniosa platica del personal, para pedirles que nos asistieran levantando los platos sucios que habíamos dejado, cabe hacer mención que observé que las otras tres mesas tenían que estar pidiendo también asistencia del personal, para que les levantaran las losas usadas, así como también las servilletas sucias.

Pedí hablar con el encargado del negocio para que pudiera platicar con él, mismo que amablemente suspendió sus actividades para atendernos. Es de importancia resaltar que tuvo toda la disposición de escuchar mis comentarios y de informarme que sí existe la opción de ordenar a la carta, si el cliente así lo desea, por lo que no encontró explicación alguna del porque me fue negado ese servicio.

Independientemente que tuvo la gentileza de disculparse a nombre del personal a cargo, es de suma importancia que la administración capacite y concientice a su recurso humano de lo primordial que es verdaderamente atender a sus visitantes con calidad de servicio, ya que eso puede ser un factor de asegurar el éxito o fracaso del negocio.

Respecto al precio del buffet por persona, es de $ 130.00 pesos, mismos que es relativamente módico si se refiere al buen ambiente que sólo puede lograr unas hermosas instalaciones; pero si nos referimos al valor por los alimentos, considero que el costo es alto, ya que lo ahí servido aunque no tiene un mal sabor, pero sí un sabor común que se puede fácilmente reproducir en casa sin esfuerzo alguno.

Con el único fin de dar el beneficio de la duda, quiero expresar que deseo regresar al lugar y darme la oportunidad de probar las carnes rojas que vienen en la carta, mismos que ha sido objeto de recomendaciones.

La Pila de Chiapa de Corzo

Situada en la Plaza de armas del municipio de Chiapa de Corzo, luce resplandeciente la fuente que dignamente representa ante el mundo a un pueblo místico, lleno de leyendas, que aún con el pasar de los años siguen sorprendiendo a las nuevas generaciones, haciendo de este lugar, una atracción turística nacional e internacional.

Tarde a tarde se puede observar como los autobuses, minivans, coches y camionetas buscan un lugar donde aparcarse y puedan así sus ocupantes, bajar a explorar un pueblo chico en extensión pero grande en tradición y cultura.

No importa en qué parte de los siete mil metros cuadrados que tiene aproximadamente la plancha del parque se ingrese, la magia arquitectónica de ocho caras me atrapó; el ver a la gente sentada a sus alrededores me hizo imaginar que así se reunían las chiapanecas para sociabilizar en la época posterior a la conquista.

El misticismo lo pude sentir, y aunque notablemente acaba de sufrir una remodelación por parte de las autoridades municipales; aún se conserva ese estilo Mudéjar de perfecta unión de ladrillos rojos, mismos que acobijan en el centro de la construcción a una fuente muy especial, ya que al acercarse se puede notar que debajo del agua hay varias monedas de diferentes denominaciones.

No pude evitar el transmitirle a mis hijos una de las historias que mi padre me contaba acerca del motivo del dinero en el fondo de la Pila de Chiapa de Corzo; según esa historia, los visitantes que deseen que la fuente les conceda un deseo, primeramente se debe hacer la petición de frente sujetando una moneda con la mano derecha, al concluir la súplica se coloca uno de espaldas y en un acto de Fe se arroja la moneda hacia atrás, la cual deberá caer dentro del primer y más chico recipiente de agua, para que lo que se haya pedido pueda cumplirse cabalmente. Cabe hacer mención que tristemente casi me quedo sin efectivo de tanto que arrojamos con mi familia sin tener tino alguno.

Como premio de consolación caminamos hacia unos triciclos que venden los tradicionales chicharrones en sus diferentes presentaciones, las crujientes palomitas con sal, los elotes, esquites y por último pero no menos importante, los curtidos de nance y de jocote. Mientras comprábamos me di cuenta que la actitud de algunos vendedores para con las personas que intentan estacionar sus coches a línea de calle del parque, es de cierta forma negativa, ya que muestran gestos de molestia e incluso emiten comentarios ofensivos para cuando algún chofer intenta estacionarse cerca; independientemente de lo groseros que puedan ser, también toman una actitud arrogante sintiéndose dueños del espacio en la calle, marcando su territorio en demasía con sillas o botes que impiden aún más el libre estacionamiento.

Considero que el gobierno debe de agrupar a los vendedores dentro de una superficie perfectamente bien delimitada, para evitar discusiones con los choferes que desean encontrar un lugar donde aparcar su automóvil; así también seria de vital importancia sensibilizar a los comerciantes informales la importancia de tratar bien al turismo, ya que dependiendo de la experiencia vivida por cada uno de los visitantes, es sinónimo de la buena o mala publicidad que puede recibir el parque.

A manera de ignorar tan lamentable momento, comenzamos a caminar hacia un árbol que por su grandeza llama su atención, en efecto, me refiero a esa frondosa Pochota que esta salvaguardada con una cerca perimetral de malla; entre la frescura de su sombra y el ruido de los pájaros, vienen nuevos recuerdos de otras leyendas que me fueron contadas, como el de los místicos enanitos que salen en la noche, o también de cómo la Pochota fue testigo de muchos ahorcamientos de personas y de supuestos traidores a la patria.

Dentro de la lista de ejecutados, hay uno en particular que no puede dejarse de mencionar, el Coronel Enrique Verdi, quien fuera sentenciado a muerte por haber violado y matado a una niña vendedora; su muerte estuvo llena de comentarios populares en los que cuentan que él tenía un pacto con el diablo, ya que al quitarle la camisa se percataron que tenía un tatuaje con la imagen del demonio, y porque también momentos después de su muerte, la plaza fue sacudida por un torbellino, dando por asentado entre los asistentes que era el espíritu del oficial que estaba siendo llevado por el mismísimo Diablo. La Pochota presenció el fin de su vida, para también fue testigo del nacimiento de la leyenda del “Brujo Grande”.

Por todo lo anterior tengo a bien recomendar visitar la pila de Chiapa de Corzo, misma que orgullosamente representa la grandeza de un pueblo chico, tan lleno de magia, de cultura, de tradiciones y de leyendas.

El Rincón de Josefina

Me di la oportunidad de visitar el restaurante que es conocido y autonombrado como la casa de los chilaquiles, para probar el sabor de una cocina que ha tenido sus puertas abiertas desde 1986, misma que ha sabido mantenerse en el buen gusto de la sociedad chiapaneca.

Para acceder al estacionamiento se tiene que descender de la línea de calle, pero conforme se va bajando, se va uno sumergiendo en un rinconsito lleno de naturaleza viva, en donde el color verde predomina y el aire comienza tener cierta frescura.

Cabe mencionar que el nombre del establecimiento es exactamente una descripción física del negocio, ya que se ubica en un rincón del Hotel la Hacienda; pero en cuanto a Josefina, me imaginé por un momento que era el nombre de la dueña, llevándome la grata sorpresa, que optaron por llamarle así, en honor a la abuelita de la Sra. Aida Pastrana, la propietaria del lugar.

Un pequeño pero muy verde pasillo es la entrada a ese rincón, en el que curiosamente mientras elegíamos donde sentarnos mi esposa y yo, todo lo que mis ojos podían ver, me trasladó mágicamente a esos comedores rústicos donde alguna vez comí de niño.

El personal que no se encuentra uniformado, los ruidos de las hojas que son movidas por el viento, la música hasta cierto punto con más volumen de lo tradicional, pero sin llegar a ser molesto, esas paredes descubiertas parcialmente de repello que dejan ver el color rojo de los ladrillos (cómo cual mujer coqueteara elegantemente) lograron hacerme sentir en conjunto las raíces de mi tierra, es decir, mi pueblito querido.

Se acerca una joven mesera con actitud fresca y natural (sin preocupación por algún protocolo) para tomarnos la orden y al mismo tiempo se tomó la molestia de explicarnos promociones y paquetes que tienen previamente impresos en la carta y hacernos recomendaciones; cabe señalar que todos y cada uno de los platos contienen chilaquiles (fue ahí donde comprendí porque se autodenominan: la casa de los chilaquiles).

La única entrada que ofrecen es una rica sopa de chipilín, que para el paladar de mi hermosa acompañante fue una de las mejores sopas de chipilín que ha degustado, desafortunadamente yo opté por sopear ese rico pan dulce en el café.

El tiempo de espera para que nos sirvieran el plato fuerte, fue dentro de lo tolerable; las órdenes de cecina y arrachera nos las sirvieron con una guarnición de frijolitos, aguacate y un tamalito de chipilín (que para nuestro humilde paladar en cuestión del tamal, algo le hace falta), teniendo como fondo en el plato a los famosos y tradicionales chilaquiles.

Yo no sé si la emoción estaba vigente del recuerdo de mi pueblito, pero en especial los chilaquiles en cada bocado que daba, irremediablemente me trasladaba a ese sabor que solo se podía conseguir en épocas pasadas de la vieja cocina de pueblo, en el mejor de los sentidos.

Los precios que una persona en promedio que puede gastar en el desayuno oscila entre los $100 y $140 pesos, que en relación al sabor, calidad y cantidad me parecieron accesibles y más aún si agregamos el plus del buen ambiente que hay y del buen servicio que ofrece el personal, que aunque no sea especializado, sí obtuvimos una atención a muy buen nivel e incluso mucho mejor que otros restaurantes que hemos visitado.

Sin lugar a dudas este es un negocio que también ha trascendido a través del tiempo y ha salido victorioso en la constante lucha de seguir dentro de la lista de los mejores restaurantes dentro de la ciudad, dicho logro había sido un esfuerzo solo de la primera generación de dueños, pero al día de hoy, es un esfuerzo combinado con una segunda generación.

Tuvimos la suerte de conocer a la gerente e hija de la Sra. Aida Pastrana, la cual tuvo la gentileza de ofrecernos gustosamente una promoción para nuestros lectores; dando el 20% de descuento en el consumo general, en cualquier día de la semana con el simple hecho de comentar que dicha oferta la leyeron en esta página. No aplica con otras promociones.

Restaurante “Flamingo”

Años de sobrevivir a explosiones de aperturas de nuevos restaurantes en nuestra ciudad capital de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas; hay uno en especial, que ha logrado trascender a través de los años (desde 1967 para ser exactos) consiguiendo que sus comensales siembren involuntariamente en sus hijos, la costumbre de visitar al restaurant “Flamingo”. Convirtiendo ese hábito, en una herencia de generaciones.

Me atrevo a mencionar lo antes citado, producto de lo que ha sucedido en mi familia, mi padre es responsable de que tenga la fortuna de conocer dicha empresa; así también, hace un par de años tuve a bien llevar a mi familia, por lo que mi hijo mayor tiene frecuentemente la tendencia de querer degustar tan rica tradición.

Una música de fondo te recibe al cruzar la puerta de entrada, misma que en conjunto con las mesas y sillas te trasladan irremediablemente a los 80´s, los recuerdos de mi niñez y adolescencia vienen a mi mente, junto con un ligero aire de nostalgia y melancolía.

El recurso humano se hace presente con un alto sentido de vocación a servir, puesto que se acerca uno de los dos meseros para recibirnos y darnos una educada bienvenida, en la que nos mencionó su nombre, el cual era Alejandro; posteriormente nos ofreció algo de tomar, mientras nos proporcionaba la carta.

Mientras mi esposa decidía que iba a desayunar, me di la oportunidad de contemplar la infraestructura del establecimiento, siendo la madera un elemento muy importante en el diseño e imagen, debido a que se encuentra en paredes, columnas, y en la barra de bebidas; es de notar el buen mantenimiento y conservación que existe.

El lugar cuenta con un pequeña terraza, para aquellos que gustan de fumar; así también hay un pequeño espacio pensado en los niños, en el que se encontraba un brincolin desinflado (me imagino, lo han de inflar los fines de semana o salvo petición de algún pequeño visitante).

Después de unos minutos de espera y de haber ordenado nuestros alimentos a nuestro camarero, vi como una ventana se abría y casi al mismo tiempo se escuchó el sonar de una campanita que anunciaba un platillo preparado; pero éste, antes de ser servido, es revisado por el encargado, quien se percató que los “Huevos motuleños” que había pedido mi esposa estaban demasiado secos, regresándolos de nuevo a la cocina para su correcta presentación.

Los colores tan vivos en nuestros platos hacían ver que nuestros alimentos estaban frescos y de buena calidad, verdaderamente ningún detalle a la vista, todo lo servido se antojaba comerlo, por lo que sin dudar, acudimos a los tenedores para iniciar el festín.

En lo personal, no encuentro palabras para describir la textura, aspecto, sabor y el agradable olor de esas “Puntas de filete al albañil”, todo lo que mis ojos habían visto, simplemente se quedaron cortos, no encontré un solo detalle, nada que no me agradara, bastó darle sólo un bocado para declararme fan nuevamente de Flamingo.

Otros de los puntos destacables del negocio, es la limpieza del lugar, incluyendo los sanitarios, mismos que lucen renovados y que sólo tienen un detalle, no cuenta con acceso para discapacitados, desafortunadamente nada es perfecto, siendo éste, un pequeño gran problema, que espero busque la administración como solventarlo.

En cuanto a los precios y en relación al sabor y calidad de los alimentos, considero que es muy accesible, debido a lo satisfechos que quedamos por el módico costo de $210.00 pesos ya con el servicio incluido, el cual cabe destacar, es de manera voluntaria y en ningún momento fue solicitado.

El Flamingo es un restaurant que no necesita de espectaculares, ni de grandes campañas de publicidad; la actual administración ha apostado a la tradicional estrategia de ser recomendado, coloquialmente dicho “de boca en boca”. Aportando mi granito de arena con esa tendencia, moralmente me siento deseoso de recomendarlo ampliamente.